¿Por qué hablar de Derechos humanos y mujeres migrantes?

¿Sabías que la migración es considerada como el gran reto del siglo XXI?

Según la Organización de las Naciones Unidas, hay un estimado de personas migrantes internacionales de 232 millones de personas, así como de 740 millones de personas en migración interna en los distintos países. Cerca de la mitad de las personas migrantes, son mujeres. Se presenta en todas las regiones del mundo y, en nuestro país.

México, es lugar de inmigración y de emigración, es decir, llegan personas a nuestro país, algunas se quedan aquí y otras a la vez salen de México.

Desde los derechos humanos, la migración significa el poder elegir dónde vivir como posibilidad de emprender una nueva vida en un lugar diferente. Significa también buscar mejores oportunidades de calidad de vida, de trabajo, de posibilidades de estudio, de seguridad. Para los lugares de llegada, tránsito y salida, la migración significa un reto, por las nuevas necesidades sociales que se generan y a la vez una oportunidad por la aportación del trabajo de las personas migrantes.

Las mujeres migrantes suelen estar en mayor riesgo, entre otras razones, por no siempre contar con su documentación, encontrarse sin su familia y redes de amistades, por procesos de discriminación social y laboral, por no tener acceso a servicios de salud.

Las trabajadoras migratorias pueden enfrentar muchas dificultades en relación con sus derechos humanos durante el tránsito por las rutas de migración. Las que viajan acompañadas por personas que les ofrecen ayudarles a cruzar, pueden verse abandonadas si tropieza con algún problema durante el tránsito o a su llegada al país de destino. Las mujeres también son vulnerables al abuso sexual y físico a manos de agentes y escoltas durante su paso por las rutas de tránsito.

El Estado tiene el compromiso de promover procedimientos de migración seguros y la obligación de respetar, proteger y facilitar el ejercicio de los derechos de las mujeres migrantes como: condiciones dignas de trabajo, salario justo, horario, vacaciones, a un trato respetuoso y digno, a prestaciones sociales, a vivir sin violencia de cualquier tipo.